Y es la conjunción más usada en la lengua coloquial: «Sergio y Daniel pasean»; se repite frecuentemente en el lenguaje infantil, como expresión sucesiva de enunciados: «El perro es mi amigo y lo quiero mucho y juega conmigo». Estos trajes permitían mayor movilidad de movimientos y fueron adoptados por el creciente movimiento sufragista como reivindicación de una mayor libertad para la mujer. En este país surgió el tipo del charro, como se denominaba a los jinetes de los estados del centro-oeste, vestidos con un traje generalmente negro decorado con bordados y costuras en hilos de oro y plata, o bien unas aplicaciones de ante denominadas grecas, compuesto por una chaqueta tipo bolero, un moño de tela al cuello, pantalón decorado con botones de alpaca, oro o plata, botas y sombrero de charro, de copa alta y ala ancha; también puede llevar un mantón (sarape) al hombro.