Entre los años 1970 y 1980 la moda masculina denotó una fuerte influencia de la ropa deportiva, aunada a una amalgama de influjos que iba desde la ropa clásica hasta el estilo pop, chandal del barça todo lo cual devino en un estilo apodado «casualismo». En la década de 1970 se dieron los estilos glam y disco. A estos estilos sucedió el punk, aparecido en Londres en 1976, un movimiento rebelde e inconformista que defendía la imagen autogestionada, la búsqueda de la propia personalidad a través de la indumentaria y el aspecto corporal.